martes, 1 de mayo de 2018

Ladran, luego cabalgamos

¡Ay, las redes sociales! Nos dan entretenimiento (a menudo), conocimiento (a veces), y de vez en cuando, también complicaciones inesperadas. Tal fue el caso cuando leí, en el muro de una persona conocida, una exhortación a cambiar la redacción del panel de un museo histórico en el cual se hablaba del Gobierno de Franco. Decía que, siendo una dictadura, no debía redactarse de ese modo y pedía que cambiasen el texto.


Yo le contesté que existen muchas formas de gobierno, y que la palabra "gobierno" no implica que tenga que ser una democracia, entendiendo que los técnicos de dicho museo la habían utilizado de manera correcta.


Pero a continuación entró en el debate otra persona, también conocida de ambos. Es lo que tienen las redes sociales, que se te meten terceros en las conversaciones. No pasaría nada si se mantuviese una conversación educada. Pero cuando comienzan los insultos y las descalificaciones, o bien entras al trapo del "troll", o bien le haces caso omiso. Dado que estábamos en el muro de otra persona que podría sentirse incómoda (dado que el "troll" era su jefe), opté por lo segundo.

Pero ahora que estoy en mi propio blog, me voy a dar el gusto de contestar con detalle, porque algunos se creen que el que calla, otorga. Y no es el caso.


No, señor. No soy "lacayito tuyo", ni de nadie. Mal empiezas un debate, insultando a tu interlocutor. Y el que me digas que defiendo a Franco por haber afirmado que el término gobierno, o gobernar, no significa necesariamente hacerlo democráticamente, me indica que no te lo has has pensado dos veces, o que tiendes a pensar mal de quienes te rodean. Porque "gobierno" y "democracia" no son sinónimos, ni en nuestra lengua ni en ninguna otra.



Respecto a lo demás... ¿por dónde empiezo? Me dices: "faltas al respeto a la izquierda de este país" . Bueno. Aparte de que yo siempre respeto a quienes me respetan, ese argumento es falaz porque hay muchos partidos y movimientos, tanto reformistas como revolucionarios, que caben dentro de esa denominación genérica de "izquierda": Centro-izquierda, socialdemocracia, izquierda socialista, socialreformistas, ecosocialistas, eurocomunismo, marxismo-leninismo, trotskismo, prosoviéticos, prochinos, anarcosindicalistas... ¿A todos ellos me dedico a faltarles al respeto? ¡Pues sí que me cunde el tiempo!

Puedo tener una pista en que después me llamas "azote de Podemos". De ésto me permito deducir que cuando hablas de "la izquierda" en realidad quieres decir un partido concreto, excluyendo a todos los demás. Personalmente no sé qué les pasa a muchos de extrema-izquierda, que consideran que la única y verdadera son ellos mismos, y el resto no es verdadera izquierda. Que me salgas con el mismo concepto me indica que eres un militante o simpatizante bien adiestrado. No lo sabía. Pero tampoco me importa en absoluto; al contrario que a tí, que parece quitarte el sueño en dónde milite yo, o a quién vote, o deje de votar.

No negaré que yo NO SOY simpatizante de Podemos ni de ningún otro partido de extrema-izquierda. Como tampoco lo soy de la extrema-derecha, aunque de éstos hable menos, ya que el último partido de extrema-derecha profranquista con representación parlamentaria perdió su único escaño (el de Blas Piñar) en 1982, con lo que es bastante menos preocupante. Pero el hecho de que Podemos no sea un partido cuyo ideario y líderes me resulten precisamente gratos, ello no me impide tener amigos, familiares y conocidos que sí les han votado. Como también los tengo en otros partidos de izquierda como IU y el PSOE, de centro como Ciudadanos, y de derecha como el PP y ese nuevo partido que se les ha escindido, fundado por Alejo Vidal-Quadras, Vox. Y con todos ellos hablo y dialogo de política. Puedo estar de acuerdo con ellos, o no, pero no nos impide seguir llevándonos bien. Creo que si me dedicase a "insultar y mentir a sabiendas", como me dices tan alegremente, no tendría tratos con absolutamente nadie.

No acabo de entender a qué te refieres con lo de "afíliate al partido al que perteneces". Si me llamas franquista, y considerando que el único partido que se consideraba heredero y legatario de Franco y de su memoria era el Frente Nacional de Blas Piñar, necesitaría una máquina del tiempo, porque se disolvió en 1993. La otra opción es que te refieras a alguno de los partidos de centro-derecha y derecha democráticos, pero como acabas de excluir del concepto "izquierda" a todos los partidos menos uno, no tiene lógica que ahora apliques el argumento a la inversa, incluyendo en el franquismo a toda la derecha.

Me dices también que "jamás criticas a la derecha porque perteneces a ella". Lamentable. En primer lugar, porque no es cierto. En segundo, porque aunque lo fuese, tú no eres quien para decir a nadie a quien debe criticar o no, ni para repartir carnés de demócrata. En tercero, porque desde dentro de una entidad u organización también se puede criticarla (aunque algunas toleran poco a los disidentes)... así que la no existencia de críticas a una organización no es indicativo de que se pertenezca a la misma. Y por último, porque siguiendo ese hilo argumental, yo podría decir de tí que eres carlista,  ordoliberalista o budista, porque jamás te he visto criticar a los carlistas, a los ordoliberalistas o a los budistas. Vamos, que tu argumento, Manolito, no se sostiene.

Y por último, te diré que me hace mucha gracia que me digas "todas las opciones políticas tienen mi respeto, pero no las opiniones hipócritas que se hacen pasar por progres pero son reaccionarias". O sea, que después de atacar a una persona que tiene otras ideas políticas diferentes a las tuyas, no desde el diálogo sino desde el insulto y la descalificación, luego dices que todas las opciones tienen tu respeto ¡Bonita forma de demostrarlo! ¿¿Y el hipócrita soy yo??

Te voy a decir una cosa: Voy a seguir opinando con libertad, que es algo muy valioso que nos devolvieron los padres de la Transición (ese periodo histórico que los partidos con los cuales pareces alinearte denigráis llamando despectivamente "el régimen de 1978"). Y lo haré reconociéndote el derecho que te asiste a que tú también lo hagas, que ya es más que lo que tú me reconoces a mí. Y si no te gusta lo que opino, o lo que escribo, pues mira, te aguantas. O más fácil, ignórame.


Confío en que los años -además de canas- te den la suficiente serenidad como para dejar esa crispación, ese encabronamiento y esa mala leche, y relajarte un poco, no te vaya a dar un infarto o a salir una úlcera, y nos quedemos sin una figura tan importante para nuestra sociedad como tú. Veo que lo necesitas mucho.

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