martes, 21 de junio de 2016

El dramaturgo Martínez Ballesteros presenta sus memorias, con motivo del cincuentenario de Pigmalión

Ayer lunes, la Biblioteca de Castilla-La Mancha acogió la presentación del libro "El teatro conmigo", las memorias del dramaturgo toledano Antonio Martínez Ballesteros, que han sido publicadas en la reputada colección "Biblioteca Añil", de Almud, ediciones de Castilla-La Mancha, la editorial de ese grande de la Cultura regional que es Alfonso González-Calero, que arropó al autor en la presentación junto al Director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, Juan Sánchez Sánchez.

 


Don Antonio, a sus ochenta y pico primaveras, nos hace en el libro una panorámica desde que comenzó a interesarse por el mundo de Talía, sus comienzos como autor, el nacimiento del grupo Pigmalión, sus problemas con la censura, su encuadre en el llamado "Nuevo Teatro Español", la decadencia del teatro de Educación y Descanso, la situación de la Cultura "en provincias", como se decía entonces, la Transición y el teatro en el Postfranquismo, su trayectoria como comediógrafo en la región, en otros lugares de España, en Estados Unidos y Francia, y los últimos años de Pigmalión.


Martínez Ballesteros es considerado como autor del "Teatro de protesta y paradoja" o "Teatro experimental", que tanto aportó a la cultura española a partir de los años sesenta. Autor de decenas de obras, novelista, director de escena, y siempre incisivo y agudo en asuntos de denuncia social, política y crítica al poderoso, pero también notable en el ámbito de la comedia. ¿Quien no conoce al menos alguna de sus obras? Es difícil hacer una selección, pero aun así mencionaré unas pocas: "Los comediantes", "Farsas contemporáneas", "El patio de Monipodio", "Camila, mi amor", "Pisito clandestino", "Matrimonio para tres",  "La abnegada vocación del señor Pontejos, o paseo teatral por una ciudad de provincias", "Cuatro esposas para un rey, una historia subversiva", o la reciente "Desahucio"... 


Una pena que hubiese que lamentar las ausencias institucionales del Ayuntamiento de Toledo, de la Junta de Comunidades y de la Diputación Provincial, así como de las numerosas asociaciones culturales y de las distintas instituciones y organizaciones relacionadas con la Cultura (salvo un ateneísta -el que suscribe- y dos académicos que fueron a título particular). Sí hubo dos expolíticos, que también acudieron a título particular: el ex Presidente de Castilla-La Mancha, el profesor Jesús Fuentes Lázaro, y el ex Director General de Documentación, el profesor Antonio Illán. ¿Mala difusión del acto, mala asesoría por quienes tienen la función de asesorar, o simplemente, que quienes tienen responsabilidades culturales consideran que la presentación de las memorias de uno de los grandes del Teatro Contemporáneo Español no es un acto al que merezca la pena acudir? No tengo la respuesta, aunque me gustaría pensar que fue lo primero.

Sin embargo uno se acuerda de cuando en 2012 se cumplieron cuarenta años de la fundación de otro grupo de teatro que hizo historia en Castilla-La Mancha: la compañía Enea, Su fundador y director, Pablo Céspedes recibió un cálido homenaje en el teatro municipal de su localidad, con el respaldo tanto de las instituciones locales como del movimiento asociativo y lo que es más importante, de la ciudadanía, que abarrotó el patio de butacas del auditorio (548 plazas). Esto ocurrió en Puertollano. Sin embargo la capital de Castilla-La Mancha se toma las cosas de otra manera.

No estaría de más que, tras el descanso estival, y antes de que acabe el año del cincuentenario de "Pigmalión", la nueva temporada del Teatro de Rojas acogiera un acto similar, con la representación de alguna de las obras más renombradas de nuestro autor, que sirviese también de homenaje de la ciudad a don Antonio y al grupo Pigmalión, por la labor cultural que ha realizado durante el último medio siglo.


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