El sábado 20 de Diciembre de 2014 se celebró la Fiesta de las Luces o Janucá en Toledo, capital espiritual del mundo sefardí. Empezaremos aclarando que Janucá es la celebración del calendario festivo judío que conmemora la victoria de los Macabeos sobre las tropas del rey helénico Antíoco IV Epífanes, de la dinastía Seleúcida, que eran los descendientes de Seleuco I Nicátor, uno de los diádocos (sucesores), los generales de Alejandro Magno que se repartieron su imperio tras su temprana muerte (junto a Ptolomeo I Sóter, que se estableció en Egipto fundando la última dinastía faraónica, la helenística o ptolemaica, Antígono I el tuerto, fundador de Nicea, Lisímaco de Tracia, Antípatro de Macedonia y algún otro). El caso es que los seleúcidas, helenizados, profanaron el templo de Jerusalén, provocando un movimiento de liberación (los Macabeos) que proclamó la independencia del minúsculo reino de Judea en 164 a.C. En el Antiguo Testamento encontramos los dos libros de los Macabeos, que narran aquella historia (Los santos mártires macabeos, héroes nacionales del pueblo israelita, son también conmemorados por el Cristianismo, celebrándose el 1 de Agosto por la Iglesia Ortodoxa, habiendo cambiado la Católica al 25 de Octubre). La revuelta fue iniciada por el sacerdote Matatías y sus siete hijos, liderados por Judas Macabeo, que mandó restaurar y purificar el Templo de Jerusalén. Las fiestas duraron ocho días, y cuenta la tradición que sólo quedaba un cántaro de aceite que apenas bastaría para una jornada, pero que milagrosamente duró ocho días. Desde entonces se estableció la Fiesta de las Luces, encendiendo cada día uno de los brazos de un candelabro especial de nueve brazos, la Januquiá, a partir del brazo central o shamash, que da luz a los otros ocho. Es una fiesta de alegría donde se reparten dulces y buñuelos (los sufganiot y los levivot) y se hacen regalos a los niños.
La fiesta se celebró en las dos sinagogas toledanas que se conservan intactas y visitables; La de Samuel Leví o del Tránsito, sede del Museo Nacional de Cultura Hispanojudía y Sefardí, contó con un acto poético musical "Poesía a la luz de las velas" que acompañó al ritual del encendido de la januquiá y que contó con la presencia de la poetisa Alicia Martínez San Juan, Directora del Festival Voix Vives Toledo, y de Sarah Kron, poniendo voz en español y en hebreo a textos de Yehudá Haleví, Dan Pagis, Shaúl Tchernichovsky, Yeudá Amijai,y otros poetas de antaño y de hogaño, como la poetisa Tal Niztan. Paralelamente la música llenó la gran sala de oración de Samuel Leví, con la actuación del violonchelista Sebastián Lorca (del dúo Rhodes & Chelo) y la percusión y cuerda de Punto.
Y en la Sinagoga Mayor o de Santa María la Blanca, propiedad del Arzobispado de Toledo, se celebró un acto ecuménico (del griego oikumene, unidad) organizado por la Fraternidad María Estrella de la Mañana, que busca tender puentes entre los seguidores del Antiguo Testamento y los del Nuevo a partir de honrar a Miriam ben Yehoyakim (María hija de Joaquín), la madre del rabí Yeshua ha-Notzri (Jesús de Nazaret). La fraternidad fue fundada por el anticuario, artista y poeta Abraham Kron, también conocido como hermano Abraham de la Cruz, como lugar de encuentro entre la Iglesia y la Sinagoga, entre los seguidores de Jacob y los de Jesús, todos hijos de Abraham y de Moisés. Los hermanos y hermanas de la Fraternidad viven de forma monástica contemplativa y celebran la Pascua Hebrea y las demás fiestas judías, así como la Bienvenida del Shabat.
Como en otras ocasiones, y bajo la dirección del hermano Abraham, se encendió la januquiá y se procedió a la lectura de poemas (como "Jerusalén de Sefarad"), salmos (como "Consolad, consolad a mi pueblo" de Isaías) y oraciones en hebreo y español, se cantó, se oró por la unidad judeocristiana y el amor al pueblo de Abraham, Jacob, David y Jesús.
El acto concluyó danzando al son de Od Avinu Jai (Nuestro Padre aún vive), una bella y alegre canción compuesta por el rabino y músico alemán Shlomo Carlebach en los años sesenta como testimonio de la pervivencia del mensaje del Creador y de la supervivencia y deseo de prosperidad de su pueblo.
Una tarde plena de ecumenismo, recomendable no sólo para judíos y católicos practicantes, sino para toda persona deseosa de disfrutar de un poco de espiritualidad o simplemente de conocer cómo eran y vivían nuestros antepasados sefardíes, los que se fueron y los que se quedaron. Que fueron más de lo que habitualmente se supone, ya que el 20% de los españoles es de origen judío, según reveló un estudio genético realizado hace 6 años.
En espera de que algún antropólogo o sociólogo profundice en el estudio del incomprensiblemente oscuro e invisible Judaísmo en la actual Toledot, sólo queda confiar en que se sigan celebrando estos encuentros, dado que todos nuestros paisanos (cristianos, agnósticos, ateos o practicantes de otras religiones), tendrían que acudir a celebraciones como esta aunque sólo fuese por aprender la Historia de nuestra tierra y de nuestras gentes y tender los tan necesarios puentes (culturales, religiosos y filosóficos) con "los otros españoles".
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