Cuando en 2010 se produjo la extinción de los antiguos planes de estudios universitarios (Diplomaturas de 3 años y Licenciaturas de 5) para implantar las nuevas titulaciones adaptadas al llamado "Plan Bolonia" (Grados de 4 años y Másteres de 1) -aunque el resultado final para quien cursase ambas era, en ambos casos, de una formación de 5 años-, no fue algo precisamente fácil a la hora de establecer las correspondencias entre los titulados por el sistema antiguo y el nuevo.
Tampoco fue algo fácil de cara al reconocimiento de las titulaciones ante la Unión Europea de cara al libre ejercicio de las profesiones y a la libre circulación de los titulados, según estipula el Espacio Europeo de Educación Superior.
El problema surgió hace una década (Real Decreto 55/2005) cuando en España sustituíamos un primer ciclo universitario generalista de 3 años seguido de un segundo ciclo de especialización de 2, (que era y sigue siendo el modelo mayoritariamente utilizado en Europa, lo que se llama modelo 3+2) por el actual modelo de 4+1, perpetrado por el equipo de la ministra Mercedes Cabrera. Al crearse el título de grado, de cuatro años, se creaba un título universitario mayor que los antiguos diplomados pero menor que los antiguos licenciados. Uno de los problemas que pronto surgieron es que el nuevo título permitía a quienes lo obtuviesen presentarse a los puestos de trabajo antes reservados a los Licenciados y los Doctores (el grupo A1), creando un conflicto al equiparar a titulados de primer ciclo (los graduados siguen siendo titulados de primer ciclo) con los titulados superiores (Segundo y Tercer Ciclo). En buena lógica, el nuevo primer ciclo debería quedar restringido al grupo A2, como los antiguos titulados de Primer Ciclo (Diplomados, Maestros, Enfermeros, Arquitectos Técnicos y Ingenieros Técnicos...), pero no fue así. Por otro lado, los antiguos Licenciados quedaban -aparentemente- devaluados al nivel de los nuevos Graduados en lo que se refiere a homologación, como pronto se vería. Ese fue el segundo problema.
En el ámbito específico de las bibliotecas y centros de documentación desaparecía la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación (creada en 1982-83) y también desaparecía la Licenciatura en Documentación (nacida en 1994-95), creándose un Grado en Información y Documentación. A la vez surgía la necesidad de un curso de adaptación (o "curso puente") para que los antiguos diplomados pudiesen acceder al nuevo título de Graduado, sin el cual no podrían, evidentemente, acceder a los nuevos estudios de Máster ni al Doctorado (sino únicamente al cuarto y quinto de la antigua Licenciatura -que se convertía en título a extinguir- en aquellas universidades donde aún se impartiese hasta su definitiva desaparición).
Y en paralelo, en el ámbito del empleo público se abría la caja de los truenos al permitirse que los nuevos Graduados -titulados de Primer Ciclo- pudiesen presentarse a las oposiciones del centenario Cuerpo Facultativo del Estado, y sus equivalentes de las demás administraciones. Este problema no surgió sólo en el ámbito de las bibliotecas. También hubo conflictos competenciales entre ingenieros técnicos e ingenieros superiores, y entre arquitectos técnicos y arquitectos superiores (entre sí y con los nuevos graduados, todos intentando llevar el agua a sus respectivos molinos) por citar dos ejemplos que en su momento dieron mucho que hablar.
Por su parte, a todos los millares de licenciados de España en cualquier titulación (estuviesen o no colegiados por alguno de los Colegios Oficiales de su ámbito (como los del Consejo General de Licenciados y Doctores de España), se les debió quedar la cara blanca cuando se supo que el vacío legal creado en la legislación española les dejaba en un limbo jurídico de cara al reconocimiento de sus títulos en Europa.
Dicho vacío legal comenzó a remozarse poco a poco a causa de la presión de algunos colegios (como el de Ingenieros de Caminos), hasta que por fin se publicó el Real Decreto 1027/2011 que establecía el Marco Español de Cualificaciones para la Enseñanza Superior, el MECES, que fijaba 4 niveles, a saber: 1, Técnico Superior (en Formación Profesional, Enseñanzas Artísticas o Deportivas); 2, Graduado; 3, Máster; y 4, Doctor. Sin embargo no se decía nada -todavía- sobre sus correspondencias con las antiguas titulaciones anteriores al "Plan Bolonia", es decir, los Diplomados y sus equivalentes y los Licenciados y sus equivalentes.
Para acabarlo de liar, hay que decir que la Unión Europea utiliza otro marco de cualificaciones diferente al MECES, el EQF (European Qualifications Framework o Marco Europeo de Cualificaciones), con ocho niveles, desde la Enseñanza Primaria hasta el Doctorado. Por ello, primero hay que saber cuál es el nivel de la titulación de cada uno según el MECES y luego cuál es su correspondencia al EQF. Dichas correspondencias son las siguientes: El MECES1 equivale a EQF5, el MECES2 equivale a EQF6, el MECES3 equivale a EQF7 y el MECES4 equivale a EQF8. Así que un graduado en Documentación (o cualquier otro graduado postBolonia) es MECES2 y EQF6, y un Máster es MECES3 y EQF7. Por su parte, un Doctor en MECES4 y EQF8.
¿Y qué ocurre con los antiguos titulados preBolonia, los Diplomados, Maestros, Enfermeros, Arquitectos Técnicos e Ingenieros Técnicos, y por otro lado, los Licenciados, Arquitectos Superiores e Ingenieros Superiores? La presión de los antiguos titulados ante el Ministerio hizo que se pusiera en marcha la maquinaria administrativa y, por fin, se aprobase el Real Decreto 967/2014 de 21 de Noviembre para determinar la correspondencia al MECES de los antiguos títulos. Esta primavera el MEC comenzaba a expedir un certificado a todos los antiguos titulados que lo solicitasen haciendo constar la correspondencia de sus estudios tanto con el nivel MECES como con el nivel EQF, y, es más, se creaba una página web (según preveía el artículo 27.2 del antedicho R.D.) desde la cual, cualquier ciudadano usuario de la administración electrónica podía obtener al instante su documento acreditativo en formato pdf, siempre que se identificase con el DNI-E e introdujese el código de diez cifras (sin la barra intermedia) del Registro Nacional de Títulos que aparece en su título de diplomado, licenciado o equivalentes.
Es decir, que en lo que se refiere a nivel, queda definitivamente claro que los antiguos Diplomados en Biblioteconomía y Documentación (o cualquier otro diplomado) se corresponden al nivel de la titulación universitaria de Primer Ciclo actual (MECES2, EQF6), como los son los Graduados en Información y Documentación. Así mismo, los antiguos Licenciados en Documentación (o cualquier otro licenciado) se corresponden al nivel de cualquier titulado actual de Segundo Ciclo, como los actuales Másteres EEES (con nivel MECES3, y EQF7).
¿Y los poseedores del antiguo DEA, el Diploma de Estudios Avanzados, que era la titulación intermedia entre Licenciado y Doctor, que otorgaba la acreditación de suficiencia investigadora y que también se ha extinguido en Diciembre de 2012, con la entrada en vigor del nuevo Doctorado postBolonia? Supongo que al menos se reconocerá a sus poseedores como si poseyesen un segundo Máster, (dado que los nuevos Másteres ahora hacen la función de acreditar la suficiencia investigadora, que antaño hacía el DEA) aunque habrá que verlo llegar, dado que no me consta que aún se haya aprobado una regulación específica.
De todos modos, podemos congratularnos de que las autoridades educativas hayan hecho caso de la demanda social de los profesionales y hayan dado una solución a la reivindicación de reconocimiento de los antiguos titulados preBolonia, solventando un problema que, si se hubiera hecho bien en origen, nunca hubiera tenido lugar.
Para saber más:
El problema de los grados universitarios, 3+2 versus 4+1
Web MEC sobre Gestión de Títulos
Web MEC sobre Correspondencia entre títulos universitarios PreBolonia y niveles MECES
Breve panorama sobre la Documentación en España
EQF, lo que nos faltaba para trabajar en Europa
Blog Soy Máster Europeo
Documento aclaratorio de FESABID
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