sábado, 5 de diciembre de 2015

Los islamistas más fanáticos ya están aquí

Imagínese una histórica ciudad castellana que lleva décadas repitiendo la milonga de las Tres Culturas, el buen rollito que había en la Edad Media y lo bien que se llevaban cristianos, judíos y musulmanes. Vamos, tanto tiempo que hasta ha acabado por creérselo.

Imagínese también que un día un periódico local amanece con la noticia de que el edificio del antiguo Casino, en el mismísimo centro de la ciudad (edificio que era propiedad de un promotor inmobiliario tan poderoso que hasta se dedicó una nueva calle a sí mismo sin que ningún Ayuntamiento de izquierdas ni de derechas haya osado hasta hoy retirar la placa y renombrar esa vía pública) ha sido vendido a un jeque de Arabia Saudí que tiene la intención de poner, según el titular, "un centro de interpretación islámica".

Bueno, no está mal, pensaría cualquiera. Como ya hay un museo de la Cultura Hispanojudía y Sefardí no está mal que haya alguna institución similar que divulgue la historia de Al Ándalus, su arte, su patrimonio histórico, sus filósofos y literatos... Aunque no tenga piezas originales (si las tuviera no sería un centro de interpretación, sino un museo) habrá réplicas, y además paneles, videos, pantallas interactivas y todo eso que hace de los centros de interpretación puntos de cultura viva y de turismo activo y dinámico.

Pero luego si se lee el cuerpo de la noticia, y no sólo el titular, al lector se le abren las carnes y le hacen pensar que de eufemismos está la prensa llena. Porque lo que va a ser realmente es un "centro de interpretación [sic.] islámica y de culto de la secta Wahabita (es decir, no un mero centro cultural sobre historia, arte y literatura del Islam, sino un lugar de proselitismo de esta rama del Islam, evidentemente con una mezquita u oratorio, y su correspondiente escuela coránica) ,

¿Comorl? ¿De la secta qué? El Wahabismo es la corriente islámica vigente en Arabia Saudí, que no destaca precisamente por su moderación ni por la integración en el mundo contemporáneo de los fieles que lo practican. Fue fundado en el S. XVIII por el predicador sunnita Muhammad ibn Abd-al-Wahab, de quien toman el nombre. Destacan por su aplicación de la sharia (Ley islámica) en el ámbito civil y por su deseo de expansión por todo el mundo, financiando mezquitas y predicando entre musulmanes de otras ramas del sunnismo para lograr su conversión. Son puritanos, legalistas, creen que son los únicos y verdaderos intérpretes de la palabra del Profeta y consideran que los demás musulmanes están contaminados por desviaciones, superstición, herejías, idolatría y por el laicismo de Occidente.

Tal vez les suene más la palabra Salafismo. Es la rama del Islam sunnita que busca la vuelta a la pureza de los ancestros del S. VII. Ambas corrientes (Wahabismo y Salafismo) tienen muchos puntos en común, ambas pretenden una sociedad regida por la Sharia y son igual de puritanas, radicales, machistas y rigoristas. De hecho, muchos estudiosos opinan que es lo mismo con distintas denominaciones. En la actualidad hay dos vías, la que busca adeptos a través de la predicación (apoyada formalmente por los Saudíes), y la que lo hace a través de la Yihad o Guerra Santa. (esta última vía también se denomina Qutbismo por uno de sus fundadores), de cara a conseguir implantar su fanática interpretación tanto en los demás países musulmanes como en el resto del mundo.

Pues los wahabitas son los que, apoyados en los petrodólares saudíes, se quieren instalar ahora para difundir su peculiar visión del Islam entre los musulmanes residentes, en su práctica totalidad marroquíes. Salvo que la autoridad competente les deniegue tanto el permiso de obras (por la modificación de la estructura interior de un edificio declarado Bien de Interés Cultural hace veinte años), como la licencia de apertura (por considerar que no procede autorizar un centro wahabita por motivos de seguridad pública, o por ser perjudicial para el tejido socioeconómico del barrio, por poner dos ejemplos), veo difícil evitar su instalación.

La pelota está en el tejado. Pero conociendo en la ciudad aludida los precedentes de escasa capacidad de movilización ciudadana en cualquier tipo de reivindicación, el temor de la comunidad musulmana residente a posicionarse abiertamente en contra del Wahabismo, el silencio incomprensible de las asociaciones de mujeres y del movimiento feminista ante otros detalles de machismo islámico que se han visto en los últimos años, el hecho de que el partido local más a la izquierda del espectro político acoge en su seno a musulmanes practicantes (como se vio cuando llegaron a llevar una mujer velada, nacionalizada española, en sus listas electorales -lo que no deja de ser una absoluta incoherencia en un partido que se define como comunista y ateo-) y el miedo añadido de muchos políticos de todo pelaje a ser calificados de "Islamófobos" (confundiendo la religión islámica en general con esta secta en particular), yo no me fiaría mucho de que la ciudad castellana a que me refiero se libre de tener tan peculiares convecinos.

Para saber más:
Wahabismo actual, terror y petróleo, por Fco. Andrades Galindo
¿Qué es el Salafismo y el Wahabismo? por Koldo Salazar
El Wahabismo: la ideología de los terroristas degolladores y cáncer inoculado en la comunidad musulmana, por Laila y Basem Tajeldine
Arabia Saudí: el silencio blanco y un cóctel de Wahabismo y Petróleo, por Nazanín Armanian.
Wahabismo no es Islam, por Ayub Sabri Pasha.
Wahabismo y Neosalafismo, por M. Torres Pardo.
Wahabismo, la secta del terror, por E. Tiesse.
El gran Mufti de Arabia Saudí aboga por la destrucción de las iglesias, en El Medio
Ramas del Islam, por Islam en el siglo veintiuno

ACTUALIZACIÓN. Entregados en Toledo los premios "Rey Abdulaziz". Un ejemplo de como trata a la Mujer el Wahabismo que viene

ACTUALIZACIÓN
El jeque que pretende la instalación de un centro wahabita, investigado por radicalismo y odio religioso. Interior controla a un jeque saudí por difundir el radicalismo y el odio religioso en España

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