Acabo de regresar de la concentración de bibliotecarios en la Plaza de Zocodover, sede de la Feria del Libro de Toledo y corazón de la capital de Castilla-La Mancha. La convocatoria se debe al movimiento BiblioResistencia, promovido por la asociación profesional ANABAD-CLM, que presidí durante dos mandatos, y otros colectivos del sector, hartos de los continuos recortes de presupuesto y plantilla que sufren las bibliotecas de Castilla-La Mancha. La que fuera la segunda mejor red bibliotecaria pública de toda España (tras la catalana), gracias a la gestión del desaparecido y añorado SERLAB, ha visto cerrar en los últimos tiempos 43 bibliotecas municipales, y numerosos servicios, y hasta plantas enteras, en las Bibliotecas Públicas del Estado.
Porque la labor social y cultural desarrollada por los bibliotecarios no puede estar sometida al voluntarismo, como sucede en muchos casos, lo que se incrementa aún más en el caso de las pequeñas e infradotadas bibliotecas municipales. La Administración, mande quien mande, debe garantizar por Ley y hacer cumplir un mínimo de servicios, de plantillas y de presupuestos. Ha de hacerse ver y entender -a la Sociedad y al Legislador- que las bibliotecas no son un gasto, sino una inversión. De cada euro que la Administración invierte en bibliotecas, se devuelven a la Sociedad en servicios de entre 2'49 y 3'40 €, según reconoce el propio Gobierno en el presente documento elaborado por la federación FESABID y coeditado por la Secretaría de Estado de Cultura.
Por todo ello invito a todos cuantos me siguen, voten a quien voten, que lean el presente MANIFIESTO y que lo firmen en el siguiente ENLACE. ¡Nos jugamos mucho!
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